martes, 7 de junio de 2016

LO QUE NOS QUEDÓ DEL #BOGFW

Ustedes saben que cuando se trata de colecciones masculinas, es tradición de este blog el sentarnos a redactar entrada por entrada, las propuestas que vale la pena mencionar del ciclo de pasarelas al que nos enfrentamos. Y digo enfrentamos, porque hoy más que nunca siento a la pasarela como un campo de batalla: Hoy somos muchos (tal vez más de los que deberíamos) quienes nos sentamos frente a una pantalla a decir qué pensamos sobre una colección. Escenarios a reventar y espacios mediáticos determinantes (Snapchat, básicamente) hacen que la pasarela se convierta en el modo más adecuado de que un diseñador enfrente a todo su público y pueda decirles "hey, mira cómo hago lo que hago". 

Y, en teoría, estos campos de batalla se convierten en la oportunidad perfecta para que se genere una relación entre prensa y diseñadores que permita la explotación máxima de los talentos a la hora de crear (y también tiene su lado malo, que es cuando ninguna de las dos partes le exige a la otra). En ese orden de ideas, miremos las guerras bien luchadas del Bogotá Fashion Week: Isabel Caviedes, Darío Cárdenas y Faride Ramos. Mencionaremos partes de la propuesta de Juan Pablo Socarrás e Isabel Henao, en un intento de no hacer una entrada tan larga. 

Isabel Caviedes - Ambassador

Resumiré en dos palabras la colección de Isabel: Bomber y escotazos. Perfectamente, esas palabras podrían ser también "amé mal", pero eso lo sabrán a continuación. La colección de Isabel volvió a rozar ese deje urbano, que en ella se convierte algo tan chic y vanguardista, pero esta vez, en comparación al pasado Colombiamoda, el rojo dominó en esta propuesta inspirada en la cultura hip hop. 

Mis sentimientos por esta colección se reflejan en que realmente necesito una de las gorras que subieron a pasarela, y ustedes saben que yo poco de gorras. Una serie de bomber jackets, de diferentes cortes, y con un enorme CAVIEDES en la espalda nos hicieron suspirar durante la pasarela. Me cuesta mucho resumir todo lo que sé de la colección, porque me parece que hay detalles que tienen o tienen que saber, para entender por qué la administración amó tanto la puesta en escena. 

El detalle más importante, más allá de una inspiración hip hop llena de elegancia, es el nombre de la colección: Ambassador. Isabel Caviedes como embajadora del diseño colombiano, y los dueños de una de sus piezas como embajadores de una de las marcas más queridas del diseño colombiano. Las bomber y las gorras contrastaron con los fuertes escotes y los volados en mangas y faldas que hablan del concepto de feminidad moderna que propone Isabel. Saludamos a Isabel con un aplauso enorme por hacernos soñar, muchachos incluidos (esperen que me siga adaptando a mi vida independizado y verán que una de esas chaquetas será mía), con sus piezas hechas dentro de una línea creativa que refleja el nuevo sentido del lujo urbano.



La gorra por la que nos morimos.

Darío Cárdenas - Nómada textil

Darío nos hace soñar, mucho, siempre. Aún recuerdo la primera pasarela que vi, Los del norte y los del sur (que sigue siendo mi favorita) y el cariño absurdo que sentí por su propuesta social. Y creo que simplemente eso hace tan valiosa la propuesta de Darío (además del diseño impoluto, la ultra feminidad  y la belleza de sus creaciones), la forma de transmitir siempre una discusión sociopolítica en sus prendas. Esta colección se inspiró en el pueblo Puno, a las orillas del lago Titicaca en Perú, donde Darío rescata toda la riqueza iconográfica que traslada a los estampados de los vestidos, como lienzos negros de chifón.

Un juego  maravilloso de  chalecos, cuellos, estampados de dioses y figuras mitológicas trasladan toda la riqueza cultural andina al concepto de mujer urbana que saben que tanto me gusta. Adoramos todos los accesorios  en su máxima expresión, desde los septum hasta los maletines de aire vintage, pasando por la maravillosa selección de backpacks, inspirados en la forma en que las mujeres incas cargan con sus bebés,a la espalda. Saludamos a Darío (realmente nos metimos a backstage) por una colección tan bien hecha, una inspiración artesanal tan bien aplicada, y esos must have que nos hacen soñar con querer llevar encima diseño colombiano. ¡Bravo!


Que no se note lo mucho que nos morimos por ese maletín.

Faride Ramos- Alborada 

Faride hizo un statement tan fuerte, que me parece primordial, antes de hablar de la colección en sí: una pasarela llena de mujeres negras. Y mucho se ha hablado del racismo en la moda colombiana (en todo el país,de hecho) y Faride presenta una colección de corte sartorial y de construcción precisa (como todas las bellezas que ella sabe hacer) en todas estas mujeres,que llegaron de todas partes del país para hacer parte del show. Aplaudimos a Faride por esta decisión, que nos llevó a entender que hace falta la participación de la comunidad afro en la moda. Además, le agradecemos por una colección llena de brillo y vestidos ligeros, que convirtió las noches en Studio 54 en un sueño sartorial, de cortes precisos y unos detalles de construcción de las piezas que son incomparables. Ustedes saben que yo prefiero contarles qué sentí, porque las conclusiones de si les gusta (o no) la colección, son de ustedes.


Amelia Toro - Retrospectiva 

En boca de los expertos, la puesta en escena de Amelia Toro no fue una completa retrospectiva de su trabajo, pero sí lograba incluir las líneas más claras del desarrollo de su trabajo. Realmente fue una grata sorpresa que fuera ella quien abriera la parrilla del Bogotá Fashion Week, o mejor, no lo esperaba yo pero sí lo anhelaba. Amelia es una de las mejores muestras del diseño colombiano, con la experiencia suficiente para construir un éxito sólido en el extranjero. Yo no sabría cómo describir con mucho detalle lo que se pudo apreciar (es la única pasarela de la que hablaremos sin haber asistido), pero sí puedo destacar únicamente el trabajo con molas panameñas. Pienso que una línea clara de esta feria fue la apropiación de elementos culturales tradicionales, y Amelia supo hacerla con los abrigos bellos, piezas cargadas de elegancia en telas vistosas y de diseños únicos. Les dejo una serie de imágenes claves del uso de textiles, más allá de centrarme en su evolución como diseñadora, o la línea creativa de cada colección, algo así como un popurrí  de lo más destacado en el concepto de lo atemporal.

Juan Pablo Socarrás - Los viajes de Máxima Manjarrés

Juan Pablo tiene esa capacidad de hacernos viajar en la historia, en un juego de tiempos y espacios, y eso hace que cada una de sus colecciones nos haga sentir maravillados del poder de la historia en la actualidad. Tal vez, en sus procesos creativos, Socarrás tiene un deje del realismo mágico caribeño (que va en su sangre, también) que le da una fuerza increíble a la línea narrativa de sus diseños. Prendas pintadas a mano, estampados de colores vivos, un uso preciso del dénim describen el viaje de Máxima, en un show asombroso donde Adriana Lucía nos cantaba esa historia caribeña que eriza. Una mágica concepción del verano latino, con una serie de prendas masculinas que nos hablan de la fuerza creativa de Juan Pablo, que resulta ser mi colección masculina favorita del año. Además de todo, la pasarela llevó accesorios de una de mis marcas favoritas (y sintiendo esa alegría de usar una prenda de ellos para la pasarela): Paprika, además de los bellos zapatos de Sanangel y Argento&Bourbon. Les dejo looks, para que se hagan a la idea.



Y para cerrar, pero sin título, porque ya esto está lo suficientemente largo, les dejo algunas imágenes de la maestría en diseño que nos propuso Isabel Henao, con unos looks de novias que vale la pena tener siempre bajo la mirada. Uso de color preciso, una pasarela emocionante en sí misma, textiles magníficos y por qué amamos a Isabel.



Ya con esto me despido del tema, al que le di muchas vueltas, esperando una curaduría así de buena, y una mejor organización, en el resto de eventos que nos quedan este año. Gracias al Bogotá Fashion Week por invitarnos una vez más a cubrir el evento, a Isabel Caviedes y a Darío Cárdenas por contar siempre con nosotros en sus pasarelas, y a todos los diseñadores por hacernos sentir orgullosos de una guerra que, bien librada, nunca deja perdedores.

Agradecemos a Ginna G por las fotos en exclusiva de la pasarela de Isabel Henao, y a Cámara Lúcida por todas las demás.
¡Pronto nos leemos!

domingo, 22 de mayo de 2016

IMPRESIONES FINALES DEL #BOGFW


Bueno, queridos, se terminó una semana de la moda más de la industria colombiana, y la palabra "polémica" se queda corta si queremos hablar de todo lo que se ha dicho del evento (alerta de post muy largo). No, realmente no voy a decir lo fatal que fue, porque me parece que hay puntos de lo que no nos gustó que no entran en discusión. Y como todos nuestros posts de análisis de semanas de la moda, mencionaremos punto a punto lo que sucedió, y les queda como tarea forjar su propia opinión al respecto: 

Desorganización

Hablar de que si vimos o no la pasarela en un lugar privilegiado no es tan superfluo como parece. Que si toca hacer cola, que si los puestos no funcionan, toddo esto tiene una repercusión mayor al juego de egos de la industria. Un organizador que no se preocupe de la completa experiencia que genera su evento demuestra una sola cosa: no comprende el alcance que puede tener el evento en sí mismo. Y es muy complicado, cuando se realizó una curaduría de marcas muy precisa, trayendo a pasarela solamente las mejores propuestas. Y aunque me han dicho que siempre se "sobrevenden" estos eventos, pienso que hay pasarelas a las que la asistencia se puede prever (caso Isabel Henao), todo esto lleva a fallas logísticas inaceptables que le restan mucho valor a la propuesta de moda de una feria de tal magnitud. Las fallas logísticas, más allá del trato particular, hablan de la forma en que el organizador ve la feria, sin profesionalismo y restando el enfoque experiencial de la moda.

Shit happens

Además del suceso general de la desorganización, hubo un par de sucesos particulares que amargaron la noche de todos. Comenzando por la repetición de una pasarela, que básicamente reduce al mero espectáculo una propuesta de valor tan nutrida, como lo fue Isabel Henao, ya comprendemos que la organización pretende comprender la moda como eso, un espectáculo masivo de estrato seis. Y a eso le siguió un evento aún más triste, el enfrentamiento entre organizadores y diseñadores, donde el colectivo Gris vio perturbada su puesta en escena por diferentes problemas técnicos. La verdad, este punto es álgido por lo complicado que es comprender las culpas. ¿Hubo un culpable? Lo dudo. Shit happens, y más en este tipo de eventos, la música ida o el reinicio de la pasarela no son cosas para preocuparnos. Yo lo pongo en tela de juicio, porque sí fue evidente el deje de descuido que tuvo la organización, pero esto no es casual de la pérdida de prestigio masiva. 

El colectivo Gris se pronunció, porque no debe ser nada sencillo poner todo ese esfuerzo en un evento, y que tenga un resultado tan complicado. Y parte de sus palabras era comprender que el Bogotá Fashion Week sí tuvo algo de culpa. Y aunque lo dudo, espero que no sea cierto, y que se quede en un percance tradicional de cualquier evento masivo. 
Brazalete de Mercedes Salazar

La venta de boletas

En este punto, nada qué hacer. Solamente comprobamos una y otra vez que el organizador quería que esto se quedara en espectáculo, que resulta ser la visión de la industria que ha impedido el crecimiento de la moda colombiana, de la manera adecuada. No haré mella en el tema, pero sí diré que es totalmente inaceptable. 

La parrilla

Aquí sí comienzo a decir cosas mucho menos duras contra el evento, porque realmente se hizo una curaduría muy buena. Tuvimos la dósis de buen talento, y de talento establecido en la ciudad. Solamente me quedo con el vacío de algunas colecciones que no destacaron del modo que nos hubiera gustado, y para ser justos,simplemente no hablaremos de ellas. También me queda en el tintero que colecciones masculinas, no hubo, y ustedes saben que acá siempre hacemos especial de eso. Pienso que la hibridación de espacios hizo que muchos prefiriéramos quedarnos en Museo del Chicó, sin asistir a los demás espacios. Sumamos también la presentación de una colección en el Museo Nacional, que nos hizo pensar que la feria iniciaría como un espacio de moda (más que espectáculo) en Bogotá. 

La industria del ego

Algo de lo que aún no se ha dicho sobre el Bogotá Fashion Week es que no sólo fueron los organizadores los que la embarraron, muchos de los asistentes hicieron invivible la experiencia de moda de la Fashion Week. Puestos mal asignados, falta de sincronización de dónde sentamos a quién y la gente que no respetó el espacio que le asignaron demuestra que nos falta más educación sobre la industria, y un poquito de sentido común sobre lo que se debe o no hacer en un evento masivo. Y dar poder, sobre el poder que ya les otorga a grandes egos de la industria, no le da objetividad al hecho de ocupar una silla en primera fila. 

Y ya, luego de haber dicho todo lo que se me ocurrió, desde un descontento general en el que me encuentro con la industria de la moda nacional, donde hasta ver una pasarela puede llegar a ser un suplicio, es hora de hablar de colecciones. Y ya esto serán unas nuevas historias, llamadas Faride Ramos, Darío Cárdenas, Juan Pablo Socarrás, Isabel Caviedes e Isabel Henao.

¡Nos leemos pronto!